El pensamiento estratégico es la capacidad de visionar y planificar tácticas a medio y largo plazo. Es una de las funciones directivas más importantes y es decisiva para que una empresa avance hacia el futuro logrando objetivos y superando retos. Por ello, el pensamiento estratégico es una habilidad valorada en el mundo de los negocios por su impacto en los resultados de una empresa.
Sin embargo, no todos los líderes, directivos o empresarios son capaces de tener una visión clara sobre la trayectoria que debe seguir una empresa. En este post profundizamos en los métodos más efectivos para desarrollar y mejorar el pensamiento estratégico. Pero antes, veamos en qué consiste y seguidamente cómo desarrollar el pensamiento estratégico que todo directivo exitoso debe tener.
¿Qué es el pensamiento estratégico?
El pensamiento estratégico es una habilidad directiva que capacita para resolver problemas complejos y planificar el futuro de una organización. Moldear la mente para pensar de forma estratégica es esencial para lograr objetivos comerciales y de ventas. Del mismo modo, ayuda a superar obstáculos y futuros desafíos de forma eficaz y en un plazo inferior de tiempo.
El pensamiento estratégico requiere desarrollar ciertas aptitudes como la capacidad de análisis, de comunicación, de resolver problemas, y de planificación y gestión.
En resumen, se puede definir el pensamiento estratégico cómo aquella práctica que implica marcar unos objetivos a medio o largo plazo y formular un plan de acción para conseguir esos objetivos. Una mentalidad estratégica incluye aspectos claves cómo tener una visión, objetivos qué conseguir, planificar estrategias, definir tácticas y gestionar recursos. Pero además, para desarrollar el pensamiento estratégico es necesario analizar el contexto y dominar una serie de herramientas que permitan buscar información sólida y basadas en hechos.
Pensamiento estratégico: herramientas para desarrollarlo.
Antes de ver qué cualidades personales debes entrenar para fomentar y/o mejorar el pensamiento estratégico, vamos a repasar las herramientas básicas que ayudan a desarrollar el pensamiento estratégico.
Estas herramientas (Pestel, Pirámide de Maslow y las 5 fuerzas de Porter) se utilizan para realizar un análisis inicial y son cruciales para crear una estrategia alineada con la realidad actual a la que se enfrenta una organización.
Análisis PESTEL
PESTEL es el término formado por las siglas de los términos Política, Social, Tecnología, Entorno y Legal. Esta herramienta facilita la identificación de oportunidades y amenazas para la empresa a través del análisis del contexto político, social, tecnológico y legal en un periodo de tiempo determinado.
Un buen directivo debe usar esta herramienta con relativa frecuencia para examinar los factores y circunstancias del entorno externo que pueden afectar positiva o negativamente a la actividad y resultados de la empresa.
Por ejemplo, con el análisis PESTEL se puede valorar si un cambio realizado en la legislación puede resultar una ventaja competitiva o una amenaza para un modelo de negocio.
Pirámide de Maslow
Esta herramienta de análisis estratégico muestra cómo las personas avanzan en la posición de la pirámide o escalera según satisfacen sus necesidades. En la base de la pirámide se encuentran las necesidades primarias (fisiológicas, de seguridad.) y en la parte más alta las necesidades terciarias (reconocimiento, autorrealización)
Saber en qué parte de la pirámide se encuentran los consumidores de productos o servicios de una empresa, permite adelantarse para tomar decisiones. Por ejemplo, imagina que, debido a una crisis económica, los clientes de tu empresa dejen de consumir un determinado producto y bajen de peldaño en la pirámide. Entonces puede ser conveniente anticiparse y realizar una planificación de estrategias y ejecutar una serie de acciones las acciones necesarias para retener a esos clientes y no se vayan a una empresa de competencia.
Las 5 Fuerzas de Porter
También llamado análisis Porter, esta herramienta es esencial para definir estrategias desde el punto de vista competitivo. Nos facilita obtener una visión del panorama con el fin de reflexionar estratégicamente e identificar qué cambios se están produciendo en el entorno de la empresa y en la propuesta de valor.
Las 5 fuerzas son: el poder del cliente, el poder del proveedor, los nuevos competidores, las amenazas que provocan los productos sustitutivos y el nivel de competitividad.
Con el uso de esta herramienta es posible analizar los recursos de la empresa para enfrentarse a las 5 fuerzas. Con los resultados obtenidos, es posible planificar estrategias para detectar oportunidades de negocio. Incluso es conveniente realizar un análisis DAFO con el fin de identificar las fortalezas de la empresa, así como las amenazas y debilidades.
Cómo mejorar el pensamiento estratégico
Además del conocimiento y uso de las herramientas vistas anteriormente, existen ciertas medidas que puedes empezar a utilizar para mejorar el pensamiento estratégico.
Se trata de entrenar las siguientes habilidades que inciden en el desarrollo del pensamiento estratégico.
Visión periférica
Una mentalidad abierta y una visión global de los acontecimientos, cambios y otros aspectos de la realidad empresarial permiten extraer información de valor para detectar oportunidades de negocio que para otros están ocultos.
Además, para mejorar el pensamiento estratégico, una de las cosas más simples que puedes hacer es observar el funcionamiento de la empresa, del equipo y del entorno. Realizar análisis y comprender los elementos que entran en juego, mantendrá tu inteligencia estratégica en condiciones óptimas.
También, puedes entrenar el pensamiento estratégico formulando preguntas ante los problemas o los cambios. Hacerlo permite ejercitar habilidades de planificación, convertirte en un experto en detectar oportunidades y desarrollar una mentalidad más estratégica que impacte en tu carrera como directivo.
Estas preguntas pueden ser cruciales para el lanzamiento de un nuevo producto, desarrollo de un nuevo modelo de negocios, superar en ventas a un competidor o realizar cambios estructurales relacionados con la innovación.
Algunos ejemplos de preguntas que te ayudarán a obtener una visión periférica y que todo líder debe formularse son: ¿qué están haciendo actualmente nuestros competidores? ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo afectan las acciones de los competidores en los objetivos generales de mi empresa? ¿Qué podemos hacer para conseguir nuestros objetivos más rápido y de forma óptima?
Amplía tu perspectiva y comunica tu visión
Ampliar la perspectiva significa enfocar tu pensamiento más allá de las acciones que puedes implementar en la empresa.
Para ello, visualiza y proyecta una situación específica o cómo podría crecer tu empresa. Además, debes comunicar las ideas, colaborar activamente tanto interna como externamente con las partes implicadas, generar acuerdos y supervisar que todos trabajen hacia los objetivos previamente establecidos.
Siente pasión por tu trabajo
El trabajo requiere esfuerzo, pero ese esfuerzo debe ir acompañado por un sentimiento de disfrute por lo que haces. Apasionarse por el trabajo que realizas hará que los sacrificios y el esfuerzo valgan la pena. Disfruta de cada reunión de trabajo, de cada decisión que tomes, de los resultados que obtengas, de lo que puedes lograr en un futuro….
Sentir pasión por tu trabajo reporta muchas ventajas, y una de ellas es la capacidad para tomar decisiones óptimas. En esta línea, disfrutar con nuestro trabajo y sentir pasión nos ayuda a mantenernos centrados en los objetivos y promover el pensamiento de nuevas estrategias.
Delega y gestiona tu tiempo
Organiza tu agenda de forma óptima y toma un tiempo para determinar qué tareas podrías delegar en otras personas de tu equipo. Disponer de más tiempo para analizar y reflexionar ayuda a comprender el contexto y crear o modificar las estrategias, e incluso generar nuevos modelos de negocio.
Por lo tanto, para mejorar el pensamiento estratégico es fundamental que como responsable empresarial gestiones el tiempo de trabajo para entender los análisis y mejorar tu capacidad de diseñar estrategias.
Entrena la confianza en las personas de tu equipo
En el ámbito empresarial, no es un secreto que las personas son el activo más importante de una empresa. Por ello no dejes de impulsar el talento de las personas de tu equipo. Invierte recursos en su formación y crecimiento de forma estratégica.
Conviértete en un líder motivador y colaborador con perspectivas amplias que impacta en las personas. Sólo de esta forma la empresa crecerá a medida que lo hacen las personas. Demuestra tu actitud positiva ante las adversidades, asume retos y ante los errores actúa proponiendo nuevas líneas de acción.
Sé valiente y toma decisiones que resuelvan problemas
La planificación estratégica se usa a menudo para resolver problemas o superar desafíos que afectan a las empresas, que pueden ser de tipo competitivo, financiero, comercial o de procesos de trabajo ineficientes.
Implementar una estrategia que aborde un problema requiere una comprensión profunda del problema y sus posibles soluciones. Escucha, aprende, dialoga, analiza. A partir de ahí, puedes elaborar una estrategia que lo resuelva y tomar decisiones. Realiza un seguimiento e implementa cambios si son necesarios en función de los resultados obtenidos, aunque estos cambios sean complicados o impopulares.
Enfócate en tus clientes
Conoce a fondo a tus clientes: pensamientos, exigencias, necesidades, deseos, expectativas, etc. Para lograr conocer con detalle a tu público objetivo, una de las formas más efectivas consiste en observar y reflexionar sobre la situación actual, asegurándote de que cualquier estrategia que concibas esté basada en hechos. Recopila la mayor cantidad de información posible para usarla al diseñar una estrategia. Por ejemplo, puedes realizar entrevistas y encuestas para conocer las razones por las que compran un producto o contratan un servicio.
Comprender por qué los clientes se sienten atraídos por un producto permite adaptar una estrategia de marketing y de desarrollo de productos para satisfacer mejor sus necesidades.
Adáptate a los cambios
La flexibilidad y la adaptación a los cambios es otra de las aptitudes más valoradas de los directivos. En un contexto donde la volatilidad es constante, es necesario practicar de forma continua la agilidad y tomar decisiones rápidamente. Por ello, debes ser firme en la visión de tus objetivos y la estrategia a seguir, pero flexible para ejecutar los cambios que sean necesarios.
Cuestiona suposiciones y somete a pruebas rigurosas cada hipótesis. De esta forma te aseguras de que no estás pasando por alto otras posibilidades de acción.
Actúa con determinación.
En el mundo de los negocios es importante pensar y definir líneas estratégicas cómo estamos viendo, pero más importante es actuar. Haz que las cosas sucedan, no evites tareas o tomar decisiones.
Piensa en el futuro
Estar al día sobre las tendencias de tu sector, es determinante en un escenario donde lo que predomina es la incertidumbre. Del mismo modo, piensa en diferentes escenarios y las medidas a tomar para anticiparte y estar preparado ante cualquier situación. Crea el futuro de tu empresa y no dejes que los acontecimientos la arrastren hacia una posición poco deseable.
La mentalidad estratégica se puede entrenar y mejorar como hemos visto. Pero si necesitas una capacitación formal y de calidad para mejorar esta habilidad, la formación y los programas de educación superior como los Máster MBA y Dirección Comercial, cubren las necesidades de aprendizaje que ayudan a entrenar un pensamiento estratégico. Además, son programas diseñados para directivos actuales y futuros que necesitan mejorar sus habilidades y conocimientos para detectar nuevas oportunidades, abordar desafíos emergentes y planificar un futuro marcado por el éxito.