Design Thinking herramienta de Marketing Digital para innovar en productos

Cómo crear un producto utilizando Design Thinking

Seguramente hayas oído hablar de la familia de los Thinking: Visual Thinking, Design Thinking, etc. Estos anglicismos están cada vez más de moda y son utilizados tanto en ámbitos empresariales como educativos.

En este artículo vamos a centrarnos en el Design Thinking. La metodología consiste en la aplicación de diferentes herramientas creativas y de investigación a la toma de decisiones, la resolución de problemas y el desarrollo de productos.

En el ámbito del Marketing  Digital, el Design Thinking es una herramienta que se aplica con resultados muy positivos para la creación de productos o servicios dirigidos a los consumidores en el canal Online.

Los orígenes de la metodología se remontan a los años 70 en Estados Unidos. Sin embargo, este método comparte muchos rasgos – por no decir la mayoría – con procesos innovativos que llevan siglos siguiéndose en el ámbito académico. En un Máster en Marketing Online los alumnos aprenden técnicas de Design Thinking con el objetivo de aportar soluciones al público objetivo de una empresa desde una visión enfocada en las necesidades del cliente.

Se podría decir que lo característico del Design Thinking es más bien su aplicación que la propia técnica. El mundo educativo y el de los negocios han encontrado en esta metodología una mina de soluciones innovativas que se consiguen a través de un proceso controlado y riguroso.

El Design Thinking combina el método creativo tradicionalmente utilizado por artistas escénicos y plásticos con una investigación profunda de índole más empresarial aplicada en acciones de Marketing especialmente en internet.

Principales características del Design Thinking

Para entender un poco más cómo funciona esta metodología, vamos a ver los ‘principales ingredientes’ que no pueden faltar:

  • Investigación a partir de una inmersión completa. Hay que averiguarlo todo sobre el contexto. Una de las principales características y puntos fuerte del Design Thinking es este acercamiento real a los consumidores. Cuanto más exhaustiva sea la investigación y más averigüemos sobre las necesidades del consumidor, mejor.
  • Trabajo en equipo. En muchas ocasiones, denominamos trabajo en equipo al simple reparto de tareas entre varias personas. En el Design Thinking, esto no vale. Es necesaria una verdadera sincronización de todos los miembros. Todas las personas que conforman el grupo de trabajo deben tomar un papel activo. Debe existir un alto nivel de colaboración que involucre valores como la empatía, la comprensión, la comunicación efectiva y el respeto.
  • La creatividad es uno de los elementos clave. El propio método ya permite que nuestro instinto más creativo salga a flote.
  • El consumidor en el centro. Esta máxima debe estar siempre en nuestra mente. No podemos olvidar que el Design Thinking parte de eso mismo, de diseñar por y para el consumidor.
  • Experimentación. La regla del ensayo y error guiará siempre el trabajo. Es necesario no quedarse en las ideas y en lo abstracto. Hemos de estar constantemente intentando hacer materiales nuestros pensamientos. Para ello, tenemos que hablar en términos tangibles y poner los pies en la tierra.
  • La empatía. Este valor es fundamental y se encuentra en todas las fases del Design Thinking, las cuales veremos a continuación. La empatía es necesaria tanto para escuchar y comprender al cliente como para trabajar con nuestros compañeros en la tarea de diseño del producto.
  • Liderazgo. Siempre debe haber una figura que guíe el proceso y supervise que todos los elementos estén presentes. En muchas ocasiones se darán situaciones de vértigo e incertidumbre. Que exista una persona capaz de redirigir el proceso, motivar al equipo y dar feedback es imprescindible.

Ventajas y fases del Design Thinking

Son muchos los beneficios que nos aporta  metodología Design Thinking en el área del Marketing Online aplicables tanto en grandes empresas como en las tácticas de pequeños negocios con presencia en internet. Lo primero es que permite involucrar a personas que vienen de distintas áreas de la empresa o campos del saber. El enfoque del Design Thinking es completamente interdisciplinar y transversal, lo que resulta muy enriquecedor.

También hace que seamos muy eficaces. Antes de empezar a trabajar, es esencial que todo el mundo comprenda la metodología, los elementos de los que se compone y las fases a seguir. De esta manera, se consigue un equipo muy eficiente y capaz de adaptarse fácilmente a los cambios y a los problemas que puedan surgir.

Las fases que habría que respetar siempre serían las siguientes:

  1. Definir el reto. Lo primero es marcar unas preguntas o problemas a los que queremos encontrar una solución. Estos problemas tienen que estar orientados al usuario; es decir, tenemos que pensar en términos de necesidades de los consumidores.
  2. Investigación profunda con el consumidor en el centro y a través de la empatía. Este acercamiento al cliente puede tomar múltiples formas: a través de encuestas online o a pie de calle, workshops, estudios de caso, etc.
  3. Diseño del producto a través de un buen trabajo en equipo. Como hemos mencionado, todos los integrantes deben participar activamente en esta fase.
  4. Testear el resultado en el mercado. Los consumidores deben probar y aportar sugerencias sobre el producto desarrollado. Debemos ir perfeccionando a través del ensayo y error hasta conseguir el producto definitivo.

Ejemplos de productos de éxito

Barely Opera es uno de los ejemplos de lo que puede llegar a conseguir el Design Thinking.

Unos estudiantes de la Universidad de Standford llegaron a esta idea tras una profunda investigación a través del método Design Thinking, intentando descubrir las razones subyacentes al fracaso y decadencia de la ópera tradicional en Estados Unidos.

El resultado fue la unión de ópera y disco-pub con el lema ‘This Isn’t Your Grandmother’s Opera’ (Esto no es la ópera de tu abuela). Esta manera de concebir la ópera de una manera mucho más juvenil y atractiva fue todo un triunfo.

Otro caso que ha conseguido ser exitoso gracias al Design Thinking es Airbnb. En sus inicios, esta start-up no conseguía muchos beneficios. Su modelo de negocio en internet tenía lógica y funcionaba relativamente bien, pero aún así no conseguían destacar entre los usuarios online. Cuando pusieron en marcha el proceso de creación del marketplace se dieron cuenta de que les faltaba un detalle: escuchar realmente al consumidor digital.

Algunos de los resultados fueron cambiar el sistema de ranking de visibilidad en la plataforma Online: en vez de puntuar a cada usuario registrado en la plataforma a través de estrellas, se cambió el icono por corazones. Un pequeño gesto como éste, consiguió darle más cercanía a la plataforma digital y elevó en gran cuantía las ventas del negocio.

Existen detalles que son importantes para el consumidor en internet y que, en la mayoría de las ocasiones, las empresas son incapaces de ver. A través del Design Thinking el departamento de Marketing puede quitarse realmente ‘la piel de empresa’ para ponerse la de consumidores. La escucha y el contacto con el cliente potencial y habitual nos dará las claves para desarrollar e implementar acciones de Marketing Online y asegurar éxito de nuestros productos o negocios digitales.