Cómo diseñar un logo

5 Consejos para crear un buen Logo

¿Qué tienen en común compañías como Coca-Cola, Volkswagen, Lacoste, Netflix o Amazon? Un logo inolvidable que ha quedado marcado a fuego en la mente de los consumidores.

El logo es una de las inversiones de marca más importantes que puede hacer una empresa. Se asimila al primer apretón de manos que lleva a cabo una marca con su cliente potencial. Por ello, su diseño no puede ser algo banal y descuidado. En este artículo vamos a darte 5 consejos para diseñar un buen logotipo.

Diseños de logo - ejemplos

Por qué es importante crear un buen logo

El logo es el elemento identificativo de marca número uno, es lo primero que muchos consumidores ven y, ya se sabe, las primeras impresiones mandan. Su diseño influye en la percepción pública de un negocio, define su identidad visual y comunica de forma intrínseca sus valores al mundo.

Un consumidor conforma su opinión sobre una marca en apenas 10 segundos. En este caso, un logo mal diseñado puede echar por tierra todo el mensaje comercial de la marca y dañar de forma inevitable al negocio. En cambio, un logo con un diseño estético y atractivo es capaz de captar la atención del público objetivo y convertir al consumidor en un cliente fiel. Además, ayuda a marcar la diferencia frente a la competencia al expresar que ese negocio es único.

Por todo ello, el logotipo es parte fundamental del branding de una compañía y debe ser la base sobre la que se cimente la marca. Los colores o las tipografías publicitarias que un negocio elige están condicionados por la historia que la marca está intentando transmitir a sus consumidores, y el logo es la carta de presentación de ese relato. Todos estos elementos de branding serán la base de todos los materiales de marca como las tarjetas de visita, los flyers, el packaging, el branded content o marketing de contenidos, o el sitio web.

5 consejos para diseñar un buen logotipo de marca

Cómo crear un logo - consejos

 

1 Analiza a fondo la marca

No es posible crear un buen logo sin haber llevado a cabo de forma previa un análisis exhaustivo de la identidad de marca. ¿De qué trata el negocio? ¿A qué mercado quiere llegar? ¿Qué valores rodean a la marca? ¿Qué promete a sus clientes?

Toda esta información debe quedar plasmada en el logotipo, cuyo diseño tiene que estar en consonancia con las características definitorias de la marca para que sea representativo. Recuerda que el logo refleja la naturaleza del negocio y debe estar alineado con los objetivos que éste persigue.

2 Utiliza los colores de forma estratégica

La paleta de colores juega un papel crucial en el mensaje que la marca quiere lanzar ya que es uno de los componentes más identificables de su identidad visual. Los colores implican un significado y llevan asociadas determinadas emociones. Por este motivo, es necesario considerarlos antes de crear el logo para evitar inspirar en el público un sentimiento no deseado.

De sobras es conocido que el color rojo se asocia con el amor, la pasión e incluso la agresividad. En cambio, el azul conecta con sentimientos de calma, armonía, sinceridad y libertad. Por su parte, el rosa simboliza la ternura y se suele relacionar con lo femenino, mientras que el naranja se asocia con la calidez y la energía.

La clave reside en conocer las emociones y valores que definen a la marca, y traducirlos en colores relevantes para el público objetivo.

3 Elige la tipografía en base a la personalidad de marca

La tipografía ayuda a atraer la atención del cliente y a transmitir la personalidad de marca. Al igual que sucede con los colores, no se puede elegir al azar, sino que debe ser fruto de la investigación previa de la empresa.

Los diferentes tipos de letra hablan sobre la forma de ser de la marca y debe estar en armonía con ella para no enviar señales equívocas al cliente potencial. ¿Crees que se podría utilizar la misma tipografía para diseñar el logo de una ludoteca infantil que para el logo de un rocódromo? Definitivamente, no. La primera empresa probablemente necesite un tipo de letra con rasgos cursivos inspirados en la escritura manual, mientras que la segunda podrá optar por una tipografía más angulosa y pesada.

A la hora de seleccionar la tipografía para crear un buen logo considera utilizar una fuente personalizada propia que reforzará todavía más la identidad de la marca.

4 Apuesta por el minimalismo

Richard Branson, el carismático fundador de la discográfica británica Virgin dijo una vez: “La complejidad es tu enemiga ya que cualquier tonto puede hacer algo complicado. Lo difícil es hacer algo simple”. El diseño de un buen logo se debe fundamentar en la idea de que menos, es más. Huye de la complejidad y piensa que lo simple es sinónimo de éxito.

Un diseño simple es más fácil de procesar y reconocer por parte del público en un primer vistazo. Un logo simple implica el uso de uno o dos colores, fuentes y demás elementos. La propia simplicidad en el diseño del logo puede llegar a transmitir la personalidad del negocio: sencillez, orden y limpieza. Es el caso del logo de Apple cuya filosofía se extiende al resto de sus productos. ¿Recuerdas?

5 Busca la autenticidad como factor diferencial

Ya tienes claro que un diseño simple es mucho más fácil de recordar. Ahora bien, hay que ir un paso más allá para convertir a un logo en algo memorable. Para lograrlo la originalidad es clave. Hay que intentar otorgar al diseño un toque ingenioso, diferenciador y auténtico, sobre todo si se trata de una nueva empresa que pretende impactar en el mercado.

Quizá incorporar un elemento divertido como el mono guiñador de la plataforma para crear campañas de Email Marketing MailChimp, o añadir el juego mental al diseño evocando un doble sentido visual sean estrategias a las que puedas recurrir. No obstante, intenta respetar siempre la norma de lo simple evitando diseños que incorporen elementos complicados o innecesarios.

Diseño de logo

Son muchos los aspectos a tener en cuenta cuando se construye un negocio, y el diseño de un logotipo sólido es uno de los más importantes porque va a marcar la futura relación con el consumidor. Dedicar los esfuerzos necesarios a crear un buen es una inversión segura.